Ramón Mañas: “Las empresas no necesitan un área de innovación, sino que la innovación esté en c

Aunque nacido en Albacete, Ramón Mañas ha desarrollado la mayor parte de su actividad profesional en nuestra provincia. Inició su vida profesional en Ecisa, ocupando distintos cargos directivos, hasta que a mediados de la década de 1980 se incorporó a Fundesem, primero como subdirector ejecutivo y más tarde como director general, una responsabilidad que aún hoy ocupa. Desde su posición, mantiene una fluida relación con las más importantes empresas de nuestro territorio, ya que alrededor de 250 de ellas se integran en la fundación, y por tanto conoce profundamente la realidad socioeconómica de nuestro ámbito provincial.

¿Cómo ve la situación socioeconómica actual? ¿Y cómo ve esta situación a medio y largo plazo?

La situación es muy compleja. Estamos inmersos en un gran remolino, después de años en que vivíamos en un círculo económico perfecto. Estamos viviendo una crisis estructural, motivada principalmente por el desplome del sector de la construcción; y a la crisis de la construcción, que podía preverse, se ha sumado una crisis financiera, y también una crisis de confianza. Estoy convencido de que a medio y largo plazo vamos a salir del bache, pero tenemos que estar preparados para una crisis que podría alargarse, hasta que sepamos adaptarnos a una nueva realidad. Es difícil admitirlo, pero no volverán los tiempos que hemos dejado atrás. No del mismo modo que los hemos conocido, porque es necesario cambiar las estructuras productivas, y ello dará como resultado un nuevo modelo. Se están dando los primeros pasos, pero todavía estamos en una fase inicial para adaptarnos a la nueva realidad. Diría incluso que se trata de un nuevo modelo social, ya no solamente económico, basado en el conocimiento. Nuestras empresas necesitan fundamentar su producción en el valor añadido, y a ello se accede desde la formación, así que el propio sistema educativo ha de readaptarse, y para ello es necesaria la participación de las Administraciones. Se saldrá de la crisis, poco a poco, y cuando salgamos tendremos un nuevo escenario.

¿Cuáles cree que son las prioridades actuales de las empresas de cara a su futuro?

Creo que actualmente las empresas se enfrentan a un problema muy grave, y es que muchas de ellas apenas saben cómo van a superar este año 2010, ya que es un momento muy duro y un gran volumen de compañías buscan simplemente la supervivencia. Pero eso son políticas de corto plazo, que impiden plantearse el futuro. Las prioridades para las empresas en estos momentos han de apuntar hacia la búsqueda de un nuevo modelo: cómo reinventarse, cómo redefinirse. Los bajos costes son una solución inmediata, pero no definitiva. Soy consciente de que es algo más fácil de decir que de hacer, sobre todo con los problemas de falta de financiación existentes en la actualidad, pero no me cabe duda de que sobrevivirán a la crisis las compañías que se readapten a un nuevo modelo.

¿Qué papel cree que ha de jugar la innovación en las empresas?

Es fundamental. Pero no en el sentido de disponer de un departamento que se encargue de la innovación, sino que la innovación debe ser un valor presente en cada una de las áreas de negocio. Más que un valor a implantar, la innovación ha de ser el caldo de cultivo en el que se mueva una compañía. Las empresas no necesitan un área de innovación, sino que la innovación esté en cada área. Que las ideas que surjan en cualquier departamento no se desaprovechen, que se sepa canalizar todo aquello que puede contribuir a impulsar la empresa, sus procesos, sus productos, su funcionamiento. Cualquier idea debe ser tenida en cuenta: no se puede pisotear un árbol por ser pequeño, porque el día de mañana puede convertirse en un ejemplar grande y sólido. Lo mismo ocurre con las ideas: en principio nos pueden parecer insignificantes, pero quizá se conviertan en algo grande. En mi trabajo, siempre digo a la gente que proponga ideas, sin miedo a equivocarse, porque todo el mundo tiene derecho a cometer errores; sería peor callar y no aportar ninguna propuesta.

¿Qué función tiene el CEEI en el contexto actual, y en el desarrollo económico inmediato de nuestro territorio?

Los CEEI se fundamentan en unos planteamientos absolutamente válidos para este concepto de nuevo modelo empresarial. Estamos trabajando junto al CEEI desde su fundación, ya que compartimos con ellos la premisa básica de que se tiene que apoyar a toda aquella gente que tiene una idea empresarial. Volvería al ejemplo del árbol: quizá la idea primigenia que motiva la creación de una empresa en el CEEI pueda parecer poco importante, pero si las cosas se hacen bien esa pequeña idea puede convertirse en un gran proyecto empresarial, y ya existen casos que así lo demuestran. La función del CEEI es más importante ahora, en estos momentos de incertidumbre, ya que además de ofrecer un espacio físico para la actividad, desde el CEEI se pueden ofrecer indicaciones muy importantes acerca del modo de financiar un proyecto. Es un papel muy importante, que ejerce de estímulo a los emprendedores.

¿Considera que el CEEI dispone de las herramientas necesarias para fomentar la innovación en nuestro ámbito económico?

Como es habitual, no siempre se puede disponer de todo lo que se necesita. El CEEI tiene un equipo humano absolutamente fenomenal, muy preparado y con un gran conocimiento. Pero no dispone de tantos medios materiales ni disponibilidad financiera. Y en un momento como en el que estamos, no creo que puedan acceder a una situación mejor en este sentido.

¿Las Administraciones (Ayuntamientos, Generalitat, Estado central…) aportan las herramientas que la economía necesita para su desarrollo?

Las Administraciones, en general, no están haciendo lo que deben. Lamentablemente, existe un factor que parece centrar casi plenamente sus atenciones: las citas electorales. Y así, fijándose en un corto plazo de cuatro años como máximo, difícilmente se puede disponer de una visión más amplia. Todas las Administraciones deberían plantearse sus posibilidades de colaboración para lograr superar la crisis, porque los factores políticos, nos guste o no, son determinantes. Precisamente, estos días estamos escuchando algunas voces que apuntan a un posible pacto social contra la crisis, y considero que, aunque tarde, sería una buena manera de reaccionar, y entre todos olvidar posibles tensiones políticas, porque el momento reclama que todo el mundo eche una mano.

¿Cuál es el motivo que impulsa a una organización como la que usted representa a apostar por el emprendedurismo y la innovación y a integrarse en el CEEI como institución que las impulsa?

Es parte de nuestro ADN. Fundesem es una fundación un tanto atípica, formada por alrededor de 250 empresas, y cualquier iniciativa relacionada con la creación de nuevas empresas forma parte de nuestra propia naturaleza. ¿Qué podemos aportar? Simplemente lo que nuestra experiencia, con 43 años de historia y más de cuatro mil alumnos, nos puede permitir. Nos consideramos un punto de encuentro común para los empresarios, y confiamos plenamente en el valor de la experiencia para aquellas compañías emergentes. De hecho, disponemos de un programa para las compañías que han echado a andar, consistente en reuniones de los responsables de estas empresas con otros empresarios de compañías grandes y consolidadas, que analizan los posibles problemas con que puede encontrarse la compañía emergente, y las soluciones a aplicar, según la óptica de los empresarios con una trayectoria más dilatada. Es un programa que da buenos resultados, y al cual se prestan a colaborar los empresarios gustosamente.

¿Cuáles son, en su opinión, los factores clave para que el tejido empresarial de un determinado territorio innove y alcance el éxito en los mercados del futuro?

En primer lugar, la formación. Vivimos en un mundo tan cambiante, que apenas podemos confiar en dogmas y paradigmas sobre los cuales nos hemos apoyado toda la vida, planteamientos básicos que de la noche a la mañana han desaparecido. En este contexto, hemos de entender que la vida profesional se convierte en un continuo proceso de aprendizaje, en una constante mejora personal para adquirir nuevas capacitaciones y habilidades que nos permitan adaptarnos a cada situación. Y en segundo lugar, aunque relacionado con el primer factor, señalaría que otra prioridad importante para las empresas ha de ser el replanteamiento de estrategias: qué valor añadido le puedo otorgar a mi producto. Ante un factor como el precio que ha desaparecido, debo plantearme qué puedo aportar de valor.