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Carmen Durá

Coach Ejecutiva de Fundesem Business Consulting

Publicado por vmiralles
martes, 06 de abril de 2010 a las 00:00

“Nunca sueñes sueños pequeños, ya que no tienen fuerza para mover el corazón del hombre”. Goethe

Tengo 50 años. Nací y vivo en Alicante. Estoy casada y tengo dos hijos. Soy psicóloga y coach certificada ICF. Dentro de Fundesem Business Consulting trabajo en el área de coaching. Mis ideas: Tenemos que desarrollar el músculo emocional. Se puede ser muy firme con las conductas y al mismo tiempo amable con las personas. Mis creencias: No existen errores, sólo aprendizajes.

¿Qué es COACHING?

Una definición, un tanto sesuda y seria, lo describiría como “un entrenamiento personalizado a directivos”; sin embargo a mi me gusta mucho más la de Leonardo Wolf, que es más romántica y evocadora; él dice, recordando personas que coacheando despertaron lo mejor de si mismas, que COACHING es el proceso de “soplar brasas”, de avivar el fuego interior, los recursos que todos tenemos para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

Según su criterio, ¿Qué se puede obtener de un proceso de coaching?

Sin duda una clara mejora de tus habilidades directivas y de las relaciones que mantienes dentro y fuera de la empresa. En coaching consideramos a la persona como alguien lleno de recursos; puede que no estén demasiado visibles o quizás infrautilizados. Sin embargo, el coach sabe que los recursos están ahí, por eso diseña las condiciones para que estos se desarrollen o salgan a la luz. Así, desde esta premisa y tras un proceso de coaching, sabrás como influir positivamente en tu equipo de trabajo; aprenderás a generar climas de cooperación y desarrollo, alentar el compromiso de tus colaboradores y evidentemente, conseguido esto, el rendimiento que esperabas de tu equipo será lo que cosecharás.

¿Pero no estaremos hablando de una nueva moda?

Es verdad que periódicamente la empresa ha sido receptora de todo tipo de técnicas que despiertan las esperanzas de profesionales necesitados de soluciones concretas y prácticas. Pero el tiempo, se encarga de rebajar estas expectativas y así, al final, acabamos diciendo aquello tan repetido de: “Está muy bien en teoría, pero en la práctica es diferente”. Creo que hemos acostumbrado a los profesionales de empresa, sobre todo en Recursos Humanos, a recibir las novedades como una moda que acabará pasando. En cambio el COACHING no está siendo una moda, todo lo contrario, se está revelando como una “Revolución necesaria”, imprescindible desde el momento en que la empresa se globaliza y pasa del trabajador manual al trabajador del conocimiento, y aquí es cuando el COACHING se convierte en una verdadera herramienta de ayuda y desarrollo, con la que el directivo consigue sus retos.

¿Entonces es ahora el momento del COACHING para las empresas?

Sí, sin duda. Es reiterativo volver a mencionar la situación de crisis que vivimos, pero todos sabemos que ésta no es sólo financiera, también y de valores. En el seno de cada empresa, vivimos esta crisis en forma de un equipo directivo saturado y estresado, que no encuentra la forma de conseguir que los resultados se logren y mejoren. En COACHING sabemos que esto es debido a que el modelo de dirección, que viene de la revolución industrial ha colapsado. Hoy ya no es posible dirigir por “ordeno y mando”, este modelo produce, entre otras, la emoción del miedo, emoción, que por cierto, destruye cualquier conato de colaboración y creatividad en nuestros colaboradores, pero, ¿No era precisamente “colaboración y creatividad” lo que buscábamos en nuestra gente? Y aquí nos encontramos con la gran paradoja: destruimos lo que al mismo tiempo estábamos buscando. Está claro que los directivos necesitan aprender a construir sus equipos desde la confianza. Y sé muy bien que, entonces, la pregunta es: ...Sí, ¿Pero cómo?

Efectivamente, ¿Cómo lo hace el COACHING?

Tradicionalmente hemos propuesto a los directivos que para gestionar su equipo, debían hablar con él, conocerlo, motivarlo, comprometerlo... Pero en este punto les dejábamos solos, teniendo que descubrir cómo hacerlo por sí mismos, y es aquí donde se perdían, este es el dominio de la conducta humana, lugar donde operan las competencias emocionales, no las técnicas. Ahora, que ya hemos admitido que la ventaja competitiva de las empresas la marcan las personas y, en consecuencia, hemos abierto las puertas a la Inteligencia Emocional, los directivos son cada vez más conscientes de sus limitaciones: necesitan desarrollar capacidades para que sus equipos logren los resultados deseados. Pero, sin entrenamiento es muy difícil llegar a ser “cinturón negro”. Y las competencias técnicas, por sí solas, no conducen al nivel de rendimiento esperado. Es por eso que hoy existen tantos directivosbombero: aquellos que se pasan todo el día apagando los fuegos que su equipo no ha sido capaz de rematar.

Entonces, ¿Qué puede esperar un directivo del COACHING?

Si le hemos dado información al directivo de lo que tiene que hacerse, ahora es el momento de aprender a operar con ella.

El coach acompaña al directivo en ese proceso de descubrimiento y desarrollo de sus propios recursos, de modo que pueda utilizarlos para obtener los resultados que previamente ha clarificado y definido.

Coaching es aprender a revisar nuestros juicios, nuestros procesos de razonamiento para generar nuevos planes de acción efectivos. Por ejemplo: una cosa es decir “mi jefe es injusto” y otra muy diferente “no sé cómo hacer para que mi tarea sea reconocida”. O desde otra posición: “mi equipo pasa de todo, no está implicado”, a decir: “no sé cómo conseguir que mi equipo se implique”. Las primeras declaraciones (mi jefe es injusto, mi equipo no se…) Me mantienen en la misma situación y el problema se perpetua. Las segundas, en cambio, me llevan a tomar cartas en el asunto, a asumir mi responsabilidad, a ver qué puedo hacer yo para que mi equipo se comprometa. Son actitudes que me llevan a la acción, a salir de la zona de estancamiento en la que me encuentro, convirtiendo mis problemas en retos de los que puedo hacerme cargo. El coach acompaña al coachee a trazar el camino más corto para la consecución de estos retos. Entonces y respondiendo a tu pregunta, concluyo que lo que el directivo puede esperar del coaching es lograr resultados extraordinarios, aquellos que por sí sólo no pudo conseguir.

¿Cómo se desarrolla concretamente un proceso de COACHING?

Básicamente, coaching es una conversación entre dos personas: coach y coachee, en donde el primero tiene las preguntas y el segundo las respuestas. Esta conversación se materializa en un promedio de ocho a doce sesiones, en donde las 2-3 primeras suelen ser semanales y las siguientes ya se espacian alrededor de 20 días. En total, todo este proceso de aprendizaje no suele ir mas allá de seis meses, tiempo en el que el coachee después de conseguir sus ansiados clics, sus aprendizajes, puede volar solo y entonces el coach se hace prescindible. Como dice Álvarez de Mon: “Verle partir es un momento paradójico, triste y gozoso a la vez. Si no llega, no ha habido coaching.”

¿Quiere añadir algo más?

Quizás un par de datos: coaching mejora la productividad. Un Estudio del Public Personnel Management Journal reveló que, si bien la formación en habilidades directivas mejora la productividad en un 22%, cuando se combina con coaching alcanza el 85%. Otro dato: “Los Directivos y Empresarios que viven procesos de Coaching, alcanzan los objetivos en un 85% de los casos. Quienes lo hacen en solitario, sin el apoyo, seguimiento e impulso de un Coach lo logran en un 10% de media. La fuente es J.C. Cubeiro. Así que en este sentido, suscribo totalmente las palabras de Eric Schmidt, Presidente de Google, quien hace una rotunda afirmación: “Everyone needs a coach”. Yo también pienso que un coach es una ayuda determinante que contribuye a tener perspectiva y materializar los objetivos deseados. Por eso invito a los profesionales de empresa a comprobarlo. Lo notarán en sus resultados.

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