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Economía Colaborativa. El cambio del yo al nosotros

Publicado por prc
viernes, 15 de agosto de 2014 a las 17:01

En los últimos meses se habla mucho de Economía colaborativa “sharing economy” término que se empieza a escuchar en 2009 y en España sobre todo desde 2012 y ahora ya despunta su uso por las redes y medios de comunicación. Dice Rachel Botsman, experta en este campo y coautora del libro “Lo mío es tuyo”, que la creación de comunidades conectadas está cambiando la naturaleza del dinero.

Desde siempre en la historia de la humanidad cuándo aparecen sistemas disruptivos que cambian los mercados tradicionales se producen movimientos fuertes de recelo por parte de la industria establecida. En el caso que nos ocupa esta nueva forma de consumir se deja de priorizar la producción de productos nuevos por el uso y/o negocio entre particulares con productos ya comprados, además de suprimir los costes de intermediarios por los de transacción o intercambio que son mucho menores.

Se pueden diferenciar varios tipo de economía colaborativa, que puede ser de producción (fablabs), finanzas: colaboración económica (crowdfunding) o monedas sociales (bitcoins), conocimiento (Wikipedia, Software libre) o el consumo colaborativo.

El Consumo Colaborativo, es el más mediático y consiste en particulares que comparten algo sin intermediarios y obteniendo un rendimiento económico, ya sea por compartir automóviles (Zipcar, Blablacar, Lyft, compartetren), viviendas (Airbnb, Windu, Niumba), espacios para emprender (coworking o crowdworking), herramientas (Neighborgoods, Yerdle), taxis (Uber), préstamos entre particulares (Lending Club), préstamos para empresas (Loanbook), embarcaciones (Cruzing), plazas de amarre (Bitamooring), etc.

Estas empresas Peer to Peer (P2P) o de igual a igual, conectan a miembros de comunidades que buscan reducir gastos compartiendo productos o conocimientos que ya tienen y que ahora pueden monetizar. Están surgiendo portales web en los que expertos o entendidos en una profesión, localidad, libros, náutica, gastronomía, jardinería, etc. comparten su experiencia con otra gente (AcambioDe, Trip4real, Sherpandipity, Bookcrosing, Cookapp, Dogvacay). Estas plataformas parece que están llevando al mundo particular la importancia del talento que tanto se ha promocionado desde los expertos en recursos humanos en la gestión empresarial, se pone así en valor el talento y el conocimiento y capacidades personales y resulta una fuente de ingresos para esas personas.

Están surgiendo alrededor de este mundo modelos de negocio que no son estrictamente P2P, sino que unen a muchos consumidores para conseguir mejor precio, como la plataforma para comprar gasolina Gasolinalowcost, electricidad y energía (Holaluz, Solarmosaica), etc.

No hemos encontrado datos fiables del número de empresas ni de la facturación de las empresas de economía colaborativa, pero se calcula que tan solo en Gran Bretaña este sector mueve anualmente más de 35.000 millones de euros y se estima que en 2020 puede llegar al 15% del PIB. Según los datos de la organización Mesh Labs, que tiene disponible un directorio de empresas de economía colaborativa en su web http://meshing.it , estamos hablando de más de 9.000 compañías incluidas en ese directorio y situadas en más de 130 países.

Una de las entidades que más está promocionando la economía colaborativa es OuiShare, una organización sin ánimo de lucro fundada en 2012 en París, que funciona como una comunidad abierta y global de personas apasionadas (emprendedores, diseñadores, makers, investigadores, etc.) cuyas actividades consisten en crear comunidad, generar conocimiento y proyectos alrededor de la economía colaborativa y las redes, así como ofrecer soporte a personas y organizaciones a través de servicios profesionales y formación.

La economía colaborativa ha llegado para quedarse como una tendencia nueva de consumo provocado por cambios socioeconómicos que no ha dejado de crecer en los últimos tiempos. Frente a los últimos problemas surgidos con algunas de estas empresas con el sector hotelero y transporte creo que la discusión no debería enfocarse si deben existir o no este tipo de empresas, si se prohíbe o limita su actuación, si no la regulación de este nuevo sector económico tanto legal como impositiva. Pero esta regulación del mercado debería defender tanto a los consumidores como a la industria tradicional que ya está establecida.

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